
El 1 de noviembre de 2008 Satoshi Nakamoto publicó un artículo de investigación donde explicaba los fundamentos del bitcoin, una moneda digital basada en un software de código abierto y tecnología P2P que recibiría el nombre de blockchain. Su artículo atrajo a una gran comunidad que comenzó a trabajar en hacerlo realidad y, así, el 3 de enero de 2009 la red de Bitcoin entró en funcionamiento y se crearon los primeros bitcoins. Ese día sería un punto de inflexión en la historia de internet y las finanzas.
Con el tiempo Satoshi Nakamoto, del que nunca se pudo confirmar su identidad, desapareció sin dejar rastro, pero su legado ha permanecido más vivo que nunca. De hecho, el bitcoin y el blockchain están a día de hoy en boca de todos por su gran potencial: descentralización, libertad, participación y autonomía de los usuarios. Se cree, de hecho, que esta pareja podría llegar a transformar radicalmente muchas de las estructuras económicas y sociales actuales. Sin embargo, para entender todo esto, es importante desgranar en qué consiste cada uno.
El Bitcoin es lo que se conoce como una moneda digital o criptomoneda y fue la primera de muchas que han surgido con el tiempo. Tal y como explica Javier Marrero Fernández, Profesor de Finanzas Internacionales y Dirección Estratégica de la Universidad Europea de Canarias, estas son “activos digitales, considerados monedas en tanto en cuanto son susceptibles de ser utilizados como medio de pago para la adquisición de bienes y servicios”. Para conseguir monedas Bitcoin, por ejemplo, hay dos opciones: comprar o minar, que consiste en realizar diferentes tareas que ayudan al mantenimiento de la red. Por otro lado, en la mayoría de criptomonedas, como es en el caso del Bitcoin, no existe una unidad central que emita las monedas sino que estas distribuyen en base a un protocolo consensuado por los participantes de la red. En la actualidad, hay más de 1.700 criptomonedas diferentes y cada una opera de una forma distinta.
Criptomonedas y Blockchain: un par inseparable
En palabras del profesor, “blockchain es el campo y bitcoin es uno de sus árboles frutales”. “La blockchain es una especie de libro de contabilidad enorme, donde se anotan un montón de acontecimientos digitales de todo tipo. Lo mismo puede albergar contratos que operaciones de venta de productos o de servicios”, añade. Esta tecnología fue concebida, por tanto, para hacer posible el registro notarial de transacciones en un escenario en el que los nodos que forman parte de la red no confían unos en otros.
Héctor Carretie, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad Europea, comenta que en una red blockchain son los participantes de la misma los que validan cada una de las transacciones que se realizan en ella. Cada uno de los participantes o nodos de la red guardan una copia exacta del libro de registro de las transacciones. Los elementos de la transacción se conocen como tokens y se identifican con un hash o contraseña numérica, lo que permite hacer un perfecto seguimiento de las transacciones.
Además, también hay que mencionar los Smart Contracts que, según Carretie, “permiten la realización de transacciones en un entorno libre de confianza” como es el blochckain. Los Smart Contracts son programas informáticos que se ponen en marcha en el momento en el que se producen unos determinados inputs y genera unos outputs de manera automática, sin mediación humana y, por tanto, sin necesidad de confianza alguna.
¿Es segura esta tecnología? Según Yaiza Rubio y Félix Brezo, analistas de Inteligencia y Codirectores del Posgrado en Bitcoin y Blockchain de la Universidad Europea, “la seguridad viene marcada por dos de sus características principales: su naturaleza descentralizada, que replica los contenidos de la cadena en todos los nodos que la conforman; y el encadenamiento sucesivo de cada bloque de transacciones con el anterior, lo que hace extremadamente costosa la modificación de estas conforme se van añadiendo más y más bloques”, explican.
Un alcance inimaginable
Los expertos están de acuerdo en que, a día de hoy, es imposible entender y prever todas las posibles aplicaciones e implicaciones que esta tecnología pueda traer en el futuro. En el mundo de la empresa, por ejemplo, apunta Héctor Carretie, “el departamento financiero podría automatizar su contabilidad o llevar a cabo una auditoría en vivo y permanente de sus cuentas”.
De momento, encontramos empresas y gobiernos que están experimentando en este ámbito. Como señala el profesor, “Dubái está realizando la implementación de esta tecnología para transferir a este formato todos los documentos públicos; el estado de Delaware en Estados Unidos utiliza esta tecnología para guardar todos los datos registrales de las empresas; y Suecia ya ha anunciado que está desarrollando el diseño de su e-krona, su moneda virtual en este caso centralizada”.
Dado el potencial y rápido crecimiento del bitcoin y el blockchain, la Universidad Europea lanzó en 2017 el posgrado de Experto en Bitcoin y Blockchain. Está dirigido a profesionales de cualquier campo que quieran adentrarse en este mundo y, según Mª Cruz Gaya López, subdirectora de posgrado de AED y propulsora de la idea, “los alumnos finalizan el curso capacitados para desarrollar sus proyectos basados en esta tecnología, así como analizar de forma crítica la viabilidad técnica y legal de otras soluciones que estén basadas en las distintas tecnologías de la cadena de bloques”.
Para ella no hay duda: el bitcoin y el blockchain son empleos con futuro. Los departamentos de innovación de grandes empresas buscan a especialistas que les ayuden a encontrar su hueco en este mundo y por eso ya no resulta raro encontrar ofertas de empleo que incluyen la palabra “blockchain” o “bitcoin” en el título.
Y aunque, como señalan los expertos, hoy en día es imposible prever todas las posibles consecuencias que vaya a tener el desarrollo e implementación del bitcoin o el blockchain, todos están de acuerdo en su gran potencial. Esta es solo la punta del iceberg de un ecosistema que ha venido para quedarse y que tiene la capacidad de transformar muchos aspectos del mundo que hoy en día conocemos.