
Son numerosas las ventajas que aporta el aprendizaje basado en el trabajo (ABT). Entre ellas, los alumnos experimentan la vida laboral real y el trabajo en equipo, al mismo tiempo que obtienen experiencia profesional y formación teórica, aumentan su responsabilidad y crecimiento personal, y pueden evaluar su conocimiento, habilidades y competencias en un contexto de trabajo real. Todo ello contribuye a aumentar la empleabilidad de los estudiantes.
Pero ¿en qué consiste realmente el aprendizaje basado en el trabajo? Podríamos definirlo como “la adquisición de conocimientos y competencias mediante el desempeño de tareas (seguido de una reflexión) en un contexto profesional, ya sea en el lugar de trabajo (en el marco de la formación en alternancia, por ejemplo) o en un centro de formación profesional” (CEDEFOP, 2011).
El ABT se aplica en distintos contextos: desde centros educativos, donde se adquieren experiencias prácticas mediante proyectos reales en colaboración con empresas, hasta sistemas duales y de prácticas, pasando por centros de formación profesional con fases de aprendizaje en el lugar de trabajo (por ejemplo, prácticas obligatorias o extracurriculares) y acciones de formación para el empleo.
La Comisión Europea, los estados miembros y los interlocutores sociales están dedicando un gran esfuerzo para la mejora de los sistemas de educación y formación profesional. Sin embargo, aún existen muchos desafíos. Uno de los más importantes, según señala el CEDEFOP (2016: 7), es “el refuerzo del vínculo entre los programas de formación profesional y los mercados para reducir el desajuste de las competencias y garantizar que tales programas actúan como un puente hacia el empleo”.
A nivel más pedagógico, los retos más importantes que presenta este modelo de aprendizaje tienen que ver con la elección por parte de la empresa del tutor más adecuado para desempeñar la labor de acompañamiento y formación del futuro profesional; el nivel de conocimientos previos de los estudiantes que se incorporan a la empresa; y con el reconocimiento y dedicación del formador. Es igualmente importante, además, que exista una adecuada coordinación entre el centro de formación y la empresa.
Aunque se estima que la demanda de formadores y educadores en ABT va a seguir aumentando, no existe una cualificación concreta que establezca el perfil competencias que necesitan para el desempeño óptimo de su trabajo. Es más, se está demandado a muchos profesionales competentes en su área productiva que colaboren en el aprendizaje en el centro de trabajo, ya sea como tutores, formadores o mentores de los aprendices. Sin embargo, no están recibiendo ayuda en el desarrollo de los conocimientos y habilidades docentes para llevar a cabo su tarea de manera eficiente.
En este sentido es clave que los profesionales del ABT, y en concreto los tutores de empresa y de los centros formativos, cuenten con las competencias necesarias para diseñar, planificar, promover y evaluar programas de ABP. Precisamente ésta es la finalidad del proyecto Erasmus+ financiado por la Comisión Europea “Qualification, Open Resources & Toolkit for the Work-Based Learning Professional” (WBL PRO). Este proyecto lo han desarrollado 10 organizaciones de 6 países europeos: CIAPE, USRV y SCALIGERA (Italia), ANESPO e ISQ (Portugal), EMCRA y VHS Cham (Alemania), BFE (Bulgaria), Universidad Europea (España) y Biedriba Eurofortis (Letonia).
Este proyecto pone a disposición de los profesionales del ABT una plataforma abierta, en diferentes idiomas, que ofrece un kit de materiales con 160 buenas prácticas y herramientas para el desempeño de su trabajo. Otros resultados importantes del proyecto son la definición de un nuevo perfil competencial del profesional del ABT, mediante la aplicación de los estándares europeos EQF y ECVET; y unos manuales de cualificación y certificación de estos profesionales. El manual de cualificación, dirigido a empresas de formación, indica qué procedimientos deberían incluirse en las actividades de formación de los profesionales del ABT para garantizar la calidad de sus actuaciones. Por otro lado, el manual de certificación se orienta a los organismos de certificación y partes interesadas en formar a expertos en el ABT según la norma ISO 17024.
Así, se espera que este proyecto contribuya a aumentar la calidad y alcance de la formación profesional, y, específicamente, fomente la profesionalización del ABT, como modelo de aprendizaje esencial para la mejora de la empleabilidad.