
Desde hace algún tiempo, se viene hablando de la necesidad de adelantar el prime time televisivo una hora para que los espectadores dispongan de más horas de sueño. En este sentido, siempre se ha cargado con la responsabilidad a las operadoras de televisión de lo tarde que empiezan sus programas principales por la noche. Pero ¿hasta qué punto son las culpables las cadenas de televisión por emitir sus contenidos tan tarde? ¿Es normal? ¿Cuáles son las causas? ¿Se puede o debe cambiar? Todas estas preguntas tienen respuesta, pero a veces son de difícil solución práctica. Empecemos por el principio.
España es el país que tiene el prime time más tardío del mundo, iniciando el access prime time en torno a las 20:30-21:00 y comenzando el verdadero prime time a las 22:00-22:30 aproximadamente. Esto significa un retraso en su inicio entre una hora y media a dos horas respecto a países de nuestro entorno. Pero ¿realmente son responsables las televisiones de posicionar sus mejores contenidos a una hora tan tardía? En cierta manera, las operadoras de televisión son las responsables últimas, pero es un cúmulo de factores lo que provoca realmente esta situación.
A continuación, se exponen las principales causas por las cuales el prime time comienza tan tarde:
–Los ritmos sociales y laborales. El primer factor es que en España los ritmos sociales y sobre todo los horarios laborales hacen que en muchos casos la hora de cenar sea realmente tardía, y el prime time no empieza a contar hasta el momento que has terminado de cenar y te dispones a ver la televisión, que suele coincidir en la mayoría de los casos con la hora actual puesta por los canales. No tiene sentido programar tus mejores contenidos televisivos si no estás seguro de que te van a prestar atención.
–Informativos más extensos que en los países de nuestro entorno. Los informativos de la edición de noche en el resto de países (y por regla general de todas las ediciones), no duran más de 30 a 40 minutos, contando la información deportiva, por lo que es más fácil iniciar los contenidos estrella cuando los programas que van antes duran menos. En España, la mayoría de los informativos nocturnos duran entre una hora y una hora y cuarto, contando los deportes, si bien en parte es por retrasar el inicio de esos programas debido a la primera razón expuesta.
–La lucha encarnizada por liderar las audiencias. La guerra de audiencias entre Atresmedia y Mediaset, al que a veces se suma La 1 de RTVE, convierte el prime time televisivo español en un campo de batalla solo apto para los más valientes. Las cadenas pequeñas luchan por especializarse para fragmentar todo lo posible a la audiencia, mientras Atresmedia y Mediaset suelen utilizar todo su arsenal presupuestario, de derechos de retransmisiones deportivas, cine, series y entretenimiento para competir y ganar al final de mes. En otros países la batalla se libra principalmente entre dos cadenas, mientras que en España es entre tres y muchas veces entre cinco. Esto propicia que si hay un producto estrella o fiable, se busque alargarlo lo máximo posible en emisión hasta altas horas de la noche o madrugada.
–Los millones de euros están a esta hora. Solo una cifra: 20.000 euros por 20 segundos. Ese es el precio que en muchos casos se puede pagar de media en un canal líder de audiencia en prime time, por lo que para las grandes compañías, liderar estas franjas, y sobre todo mantenerse entre las más vistas, es una cuestión de balance económico positivo. Es la hora primada, de ahí su nombre, y por ello cualquier cambio de horario o programático en esta franja es realmente arriesgado. Casi ninguna operadora de televisión lineal o tradicional es propicia a realizar cambios que puedan poner en riesgo sus ingresos económicos. Además, una parrilla de televisión sin fuertes fluctuaciones programáticas asegura unas cantidades económicas regulares.
–Por último, la evidencia de los datos. La hora de máximo consumo televisivo en España se produce habitualmente a las 22:45 horas según Kantar Media. En este aspecto, se puede criticar si son mejorables o no la forma de medir la audiencia a través de los audímetros y sus accesorios derivados de la empresa Kantar Media, pero a día de hoy es la única forma válida de medir el consumo televisivo y por el que se rigen las tarifas publicitarias. Pero como decía una campaña autopromocional de Telecinco en 2011, el “dato pone lo que pone, y lo que pone es…” que a las 22:45 de la noche se produce el mayor consumo de televisión, por lo que es el momento donde conviene situar los productos más prestigiosos de las operadoras de televisión.
Expuestas las circunstancias que hacen que el prime time sea tan tardío, conviene recordar varios aspectos importantes. El primero es que la crítica principal que se hace al respecto no es por el inicio de la hora primada, sino más bien es a la hora que se acaba. La crítica al inicio de prime time, comenzó cuando varias autoridades, posteriormente la prensa, y por último la opinión pública (principalmente a través de redes sociales) se alarmaron por lo tarde que se acostaban viendo sus programas favoritos y no dormir las suficientes horas para levantarse descansado al día siguiente. Por lo tanto, todo el mundo dio por hecho que los programas no pueden durar menos, sino que debían empezar antes, cuando lo normal, comparándonos con el resto de países occidentales, es que los programas de prime time duren menos de una hora en cuanto a la ficción seriada, y los programas de entretenimiento, unos 90 minutos.
En cambio, en España lo habitual es que las series duren casi dos horas y los killer formats de entretenimiento lleguen a las tres horas y media de duración, ocupando no solo el prime time, sino que también gran parte del late night (00:30-02:30) con el fin de maquillar la media de share. Atresmedia ya se ha comprometido a que sus ficciones seriadas no sobrepasen el prime time, acabando antes de la medianoche. Es un primer paso que puede deberse más a una buena estrategia de planificación e imagen, pero que si sale bien, no tardarán en unirse el resto de canales con todos sus contenidos. Esta misma táctica la inició desde sus comienzos de emisión #0 de Movistar+, y de momento le ha salido bastante bien, pero es un canal de pago y su naturaleza programática es bien distinta a la de los canales en abierto.
Por otro lado, habría que preguntarse, si hoy en día tendría sentido regular esto o adaptarse a estos cambios cuando el crecimiento de la televisión On demand u OTT (Over the Top) como Netflix, HBO, Amazon Prime, y por supuesto las propias plataformas de los canales tradicionales permiten ver los contenidos “cuando”, “donde” y “como” uno quiera. Por lo que la decisión de quedarse despierto hasta altas horas de la noche para consumir un producto audiovisual sería una decisión enteramente del espectador, donde las operadoras estarían libres de culpa y responsabilidad.