
Nunca antes enfrentamos mayor desafío que el planteado por el virus COVID-19. Nunca antes estudiamos o planteamos que una situación como la actual pudiera pasar y a pesar de ello aquí nos encontramos.
Quiero dedicar estas líneas para abordar, a grandes rasgos, complicaciones, problemas e incertidumbres que van a afectar con mayor o menor intensidad al “deporte rey” en el ámbito europeo y también quiero aprovechar la ocasión para reflexionar sobre la necesidad de encontrar soluciones para una crisis que todos deseamos que acabe.
En primer lugar, el parón competicional a nivel europeo y nacional, que es ante todo necesario para frenar los implacables ataques de este particular coronavirus, ha generado una inaudita presión sobre el calendario europeo, hasta tal punto que ha sido fundamental el aplazamiento de la Eurocopa para dar un respiro al calendario.
El motivo, al margen de otros efectos que analizaré posteriormente, lo encontramos en nuestro modelo europeo del deporte, que premia el éxito deportivo y “castiga” la falta del mismo. Al contrario de lo que sucede en un sistema de ligas cerradas , nuestro modelo sufre ante la incertidumbre de conocer quién ascenderá o descenderá a nivel nacional y quién jugará las competiciones europeas en la próxima temporada.
Este primer problema plantea desafíos regulatorios debido a que la mayoría de las normas deportivas nacionales o internacionales, no han previsto una situación como la actual . En este punto estamos siendo testigos de nuevas decisiones como la cancelación de las ligas inglesas no profesionales, la cancelación de las competiciones de fútbol de formación en Portugal o el deseo de terminar todas las competiciones, que trasladó el presidente de la RFEF Don Luis Rubiales. Lo único cierto es que según pasen los días nuevas decisiones seguirán planteando nuevos escenarios tanto a nivel nacional como internacional.
Aun así, si seguimos observando los problemas competicionales podremos constatar que una suspensión de larga duración hará que el propio calendario internacional empiece a padecer una sobresaturación que puede abocar a la eliminación de fechas, la modificación de competiciones o a ajustar un equilibrio que, hoy por hoy, en el mundo del fútbol parece ser extremadamente delicado.
Además, este escenario de alteración de calendarios nacionales e internacionales, va a afectar a la preparación y la salud de los deportistas, que posiblemente se vean obligados a realizar una breve pretemporada para paliar las consecuencias del confinamiento actual, en este punto devendrá fundamental los consejos y la ayuda de todos aquellos profesionales con amplios conocimientos en la materia para ofrecer una rápida y eficaz solución.
También encontraremos problemas a nivel contractual con los jugadores, muchos de ellos acaban sus respectivos contratos en una fecha conocida por todos, el 30 de junio, de ahí los esfuerzos que se están realizando desde la UEFA, European Leagues, ECA o FIFPRO para fijar un calendario que culmine tomando fechas destinadas para la Eurocopa y que permita no abrir el melón que supondría prolongar más allá las competiciones. También corren rumores sobre una posible modificación del mercado de transferencias por parte de la FIFA, incluyendo una fusión de las ventanas de transferencia tradicionales , que responden, creo, a un esfuerzo titánico para acompasar el afecto calendario.
En segundo lugar, si abordamos las implicaciones económicas del parón competicional y sin ánimo de ser exhaustivo, comprobaremos que la alta dependencia en ingresos televisivos ha provocado que muchos líderes del fútbol no vean factible la no terminación de las competiciones. Hasta tal punto que el propio presidente de LaLiga Don Javier Tebas ha insistido en la labor que se está realizando para coordinarse con la UEFA y numerosas ligas, en pos de culminar el calendario y poder cumplir los contratos televisivos, evitando la ruina de muchos equipos que verían peligrar su sostenibilidad a corto plazo. Sumado a este efecto debemos plantear que la no existencia de ingresos por el denominado match day y una importante reducción de los ingresos puramente comerciales (patrocinio, merchandising, tours, etc.) han planteado un futuro complejo donde la, deseada, reanudación de las competiciones va a necesitar de planes estratégicos y de ideas innovadoras para recuperar todo el camino perdido.
Estas son algunas lecturas, pero para nada las únicas, también podemos hablar de un impacto sobre el desarrollo formativo de las canteras, del turismo deportivo (no olvidemos que numerosos clubes en Europa se constituyen como promotores turísticos de su ciudad), de la situación de los abonados, problemas tecnológicos y logísticos y todo un sinfín de implicaciones que plantean una realidad futura muy compleja.
Para terminar, llegados a este punto debo confesar que uno puede sentir el impulso de rendirse ante tan abrumadora situación y no nos debería extrañar pues esta crisis cuestiona todo lo planteado y estudiado con anterioridad. Aunque también creo que al igual que el deportista que todos idolatramos es el momento de no resignarse y luchar por buscar nuevas soluciones.
Esta difícil tarea y el objetivo de retomar la normalidad en el fútbol no va a ser exclusiva de aquellos que ya forman parte de la industria, porque es ahora cuando necesitamos todos de todos. Necesitamos de aquellos que están y de aquellos que sueñan con formar parte de esta particular industria. Ahora es cuando debemos aportar la visión, los conocimientos y sobre todo la ilusión para que podamos volver a la normalidad. Soluciones que deben provenir de cada parcela del conocimiento, no olvidemos que el fútbol se ha vuelto una industria ultra especializada que necesita de la ayuda de economistas, abogados, médicos, publicistas, gestores, etc. que unidos aporten ideas, colaborando para solventar el complejo problema que enfrenta el fútbol europeo.
Por este motivo me encantaría aportar mi granito de arena y lanzar una propuesta. Ante la alta litigiosidad que se avecina derivada de los presumibles conflictos que veremos en el fútbol creo que es el momento de potenciar y reforzar la mediación deportiva, sin importar si hablamos de mediación a nivel internacional o nacional o si se impulsa desde la esfera pública o privada. Es el momento de apostar por un mecanismo alternativo de resolución de conflictos que prioriza una relación de equilibrio entre las partes, que se basa en la confidencialidad y en un ambiente de comunicación efectiva, garantizado por un profesional (el mediador) neutral e independiente, orientado a la consecución de acuerdos alcanzados por las propias partes. Unos acuerdos que han demostrado poseer una elevada durabilidad y que servirán para encontrar soluciones rápidas y consensuadas ante una posible saturación de los sistemas tradicionales de resolución de conflictos.
Y tú, querido lector, ¿qué propones?
[2] No podemos obviar que estos modelos también están ante una situación crítica, ante la pérdida de importantes ingresos. El pasado 14 de marzo The New York Times presentaba un artículo con el título “The Financial Blow of the Coronavirus on Sports” que mostraba, ya por entonces, una elevada preocupación.
[3] Sirva de ejemplo las bases de competiciones de ámbito estatal (temporada 2019-2020) de la RFEF o la propia normativa de la UEFA.
[4] Véase la nota de prensa del pasado 27 de marzo de la Federación portuguesa de fútbol.
[5] Las últimas noticias indican que la UEFA maneja tres escenarios entre los que se encuentra la posibilidad de no terminar la temporada.
[6] No podemos olvidar que hasta hace poco tiempo las tensiones competicionales entre las ligas nacionales más importantes y la UEFA por las fechas del calendario eran un tema de actualidad.
[7] Véase el acuerdo alcanzado el pasado 17 de marzo con el título “Resolution of the European football family on a coordinated response to the impact of the COVID-19 on competitions”,
[8] Según recogía el periódico deportivo italiano Tuttosport con el titular: “Calciomercato lungo quattro mesi: arriva la conferma della Fifa.”
[9] No sólo me refiero ahora a el calendario europeo sino a todo el calendario del fútbol mundial.
Carlos Marroquín Romera
Alumni del Máster Universitario de Derecho Deportivo