
La política española se está convirtiendo en una suerte de desconcierto generalizado donde caben tantas interpretaciones como confusiones. El ciudadano que sigue el recorrido político periódicamente camina en la incertidumbre del análisis y la sobre exposición mediática. Ambas generan controversia y aclaran más bien poco.
La realidad es que los líderes políticos van en busca del tuit, de la frase colorida, más a favor del impacto que de la influencia. La explicación hay que buscarla en la disyuntiva ideológica o aritmética. Así se entiende como Ciudadanos tiende la mano a diestra y siniestra con el fin de sumar adeptos que se descuelgan de las opciones que le superan por izquierda y derecha. El Partido Popular rompe drásticamente con la alternativa más a la derecha en una clara apuesta ideológica, pero ya no habrá mayorías absolutas en las elecciones, probablemente, tardaremos mucho en volver a verlas, entonces ¿qué hará Vox?, permitirá, por despecho, que gobierne la izquierda o se decantará ideológicamente por sumar por la derecha. Sin duda, lo segundo parece lo más razonable y, probablemente, esta reflexión estuvo en los ideólogos de la abrupta ruptura que de manera brillante escenificó Pablo Casado. Tal es así que un gran orador como Santiago Abascal se quedó sin palabras.
Más incierto es lo de Bildu, dispuesto a romper España, pero decide dar la aprobación a unos presupuestos necesarios para solventar una situación demoledora en lo social y en lo económico. Podemos es socio de Gobierno y, de vez en cuando, es oposición. Siempre dispuesto a apuntarse tantos positivos y a atizar la ira de la parte socialdemócrata así como a sembrar dudas en los votantes socialistas. Por ideología, históricamente la debilidad del PSOE es buena para los que se sitúan más a su izquierda. Llega a la escena ERC que solicita a Madrid y a todas las comunidades autónomas la activación del Impuesto sobre Patrimonio. ¿No es ERC un partido independentista? Entonces ¿Qué hace ordenando impuestos a nivel nacional, por qué su preocupación por lo que ocurre en otras partes de España?
Este es el panorama al que se enfrenta el presidente del Gobierno que ha decidido decantarse por la aritmética. Mejor cuanto más sume. Por ello no puede estrechar la mano de Ciudadanos, a pesar, de la buena intención de Inés Arrimadas. Para qué iba a hacerlo si no le sirve para nada. Ahora mismo los números le salen mirando a su izquierda. Todo es justificable desde la aritmética, otro asunto es el ideológico y en esto tiene que hilar fino porque ideológicamente los históricos protestan con fuerza. Sin duda, más que nunca Pedro Sánchez tiene que liderar, dentro de su partido y en España. La debilidad es mala para consolidar liderazgos. La aritmética, también. A corto plazo puede resultar eficaz, pero a largo plazo tiene que ir acompañada de ideología y cuanto más se parezca a lo original más impacto tiene.
Hoy se siembra y mañana se recoge. Los movimientos de ruptura, de acercamiento, de dialogo, que se han sucedido en las últimas semanas tendrán su recompensa o castigo en las próximas citas electorales. Interesante panorama para sociólogos, encuestadores, comunicólogos etc… determinar el cansancio ideológico del ciudadano y hasta qué punto eso se trasladará a un cambio aritmético en las decisiones electorales.
Moisés Ruiz es Profesor de Liderazgo en el Grado de Administración y Dirección de Empresas