
El desarrollo de herramientas para mejorar los métodos de evaluación constituye una estrategia para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, y por lo tanto avanzar en la calidad de la docencia.
Las sesiones prácticas de laboratorio son fundamentales para cualquier asignatura de ciencias y se están abordando varios enfoques para mejorar la experiencia adquirida en el laboratorio en la educación superior.
El papel del trabajo de laboratorio ha sido revisado por Reid y Shah [1]. Ambos autores sostienen que la realización de horas prácticas de laboratorio ha disminuido con los años, lo que sugiere la necesidad de desarrollar sesiones de trabajo más eficientes y efectivas. Por otro lado, a menudo hay una falta de interés por parte de los estudiantes en el trabajo práctico, ya que no ven ningún propósito claro en los experimentos que realizan. Por ello es importante definir qué habilidades se deben desarrollar y qué herramientas de evaluación se aplicarán. Con la evaluación, se debe poder determinar de forma más realista y objetiva si los estudiantes saben llevar a cabo determinados procedimientos o realizar tareas específicas, más que si logran un «resultado correcto».
El desarrollo y la evaluación de las competencias prácticas son, por tanto, cuestiones de gran importancia que hay que abordar. Varios autores han señalado que en las sesiones prácticas los estudiantes están más preocupados por el informe de laboratorio producido al final y por los resultados obtenidos, que por las habilidades que están utilizando y los procesos empleados para alcanzar las metas [2]. Si las prácticas de laboratorio se evalúan mediante un examen convencional escrito, a menudo, las puntuaciones obtenidas no se basan en la demostración de la habilidad individual práctica del estudiante, sino en el rendimiento global [3,4].
El concepto de OSPE está inspirado en la evaluación objetiva estructurada usada en la evaluación de las competencias clínicas (ECOES), para evaluar de forma más fiable las competencias prácticas. Las OSPE consisten en un examen práctico de laboratorio que pone a prueba múltiples habilidades prácticas que los estudiantes han adquirido directamente de la experiencia del laboratorio.
Los objetivos de la implementación de esta metodología son varios: potenciar la adquisición de habilidades prácticas deseables en los laboratorios, fomentar la participación y el interés de los estudiantes en las sesiones prácticas y mejorar el método de evaluación y aprendizaje
En los últimos años, se ha prestado mayor atención al examen práctico estructurado objetivo (OSPE) con el fin de mejorar la evaluación de las competencias prácticas. En las OSPE, los estudiantes demuestran sus habilidades prácticas en una serie de estaciones o puestos de laboratorio. Cada estación está diseñada para evaluar una habilidad o competencia práctica particular. Existen varios tipos de estaciones. En las estaciones procedimentales se evalúan la adquisición de técnicas básicas, el manejo de aparatos o las habilidades de manipulación de reactivos y residuos. En las estaciones teóricas los alumnos responden preguntas sobre conocimientos prácticos fundamentales, interpretan datos experimentales o realizan determinados cálculos. En las estaciones de procedimiento, el profesor evalúa el rendimiento del estudiante utilizando una serie de indicadores objetivos en una lista de comprobación [5] mientras el estudiante realiza una determinada tarea. Estos indicadores están recogidos en un documento que es la plantilla del profesor. A su vez, el estudiante en cada estación, dispone de un documento que es la plantilla del alumno, en el que se describe la tarea a realizar y el tiempo disponible para hacerla. Para contextualizar esta sesión de examen OSPE se pone al alumno en cada estación en situaciones reales de su futura vida profesional.
La implementación de esta metodología supone un esfuerzo por parte del profesorado ya que implica en primer lugar la revisión de las prácticas que se realizan en las asignaturas, la revisión de los guiones de prácticas, la reflexión consensuada de los profesores implicados en la experiencia sobre la selección de habilidades prácticas a evaluar y los indicadores adecuados para hacerlo. Y también conlleva un gran esfuerzo de coordinación entre los recursos disponibles tanto en cuanto a profesorado y recursos de espacio y tiempo. Desde su primera descripción, la utilización de OSPE como herramienta de evaluación y método de enseñanza [6] ha tenido un gran auge a la hora de evaluar competencias prácticas. Recientemente se han descrito experiencias positivas en la aplicación de esta metodología en asignaturas con prácticas de laboratorio como la bioquímica [3,6,7,8], la química [2] y la farmacología [9].
Desde el año académico 2013-2014, el examen clínico estructurado objetivo (OSCE) [10] representa una herramienta de formación y evaluación bien establecida en las disciplinas clínicas de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Europea. En este contexto, nos propusimos aplicar este modelo de evaluación objetivo en asignaturas con prácticas de laboratorio del ámbito de la Química para que fuera coherente con el modelo académico propuesto. En ese sentido, en el curso 15-16 implementamos por primera vez la metodología en dos asignaturas del grado de Farmacia. Posteriormente, hemos ido extendido la experiencia a varias asignaturas de los Grados de Farmacia y Biotecnología con muy buenos resultados en cuanto a la adquisición de competencias prácticas por parte de los estudiantes.
Referencias
[1] Reid and I. Shah, “The Role of Laboratory Work in University Chemistry”, Chemistry Education Research and Practice, vol.8, no.2, pp.172-185, 2007. [2] B. Kirton, A. Al-Ahmad and S. Fergus, “Using Structured Chemistry Examinations (SChemEs) as an Assessment Method to Improve Undergraduate Students’ Generic, Practical, and Laboratory-Based Skills”, Journal of Chemical Education, vol. 91, pp. 648-654, 2014. [3] Sharma, S. MKS, D. Jain, D. Shahi and A. Kumar, “Objective Structured Practical Examination (OSPE) as an Assessment Method of Laboratory Practical Skill Sessions in First MBBS Students of Biochemistry: a Research Study in SAIMS, Regional Center of Medical Education, Indore”, Scholars Journal of Applied Medical Sciences, vol. 4, no.8C, pp. 2901-2904, 2016. [4] Ananthkrishnan, “Objective Structured Clinical/Practical Examination (OSCE/OSPE)” Journal Postgraduate Medicine, vol. 39, no. 2, pp 82-84, 1993. Available from: http://www.jpgmonline.com/text.asp?1993/39/2/82/628. [5] M. Harden and R.G. Caincross, “Assessment of Practical Skills: The Objective Structured Practical Examination (OSPE)”, Studies in Higher Education, vol. 5, no.2, pp. 187-196, 1980. [6] Faldessai, A. Aharwadkar and S. Mohatny, “Objective-Structured Practical Examination: A Tool to Gauge Perception and Performance of Students in Biochemistry”, Asian Journal of Multidisciplinary Studies, vol. 2, no. 8, pp. 32-37, 2014. [7] Jaswal, J. Chattwal, J. Kaur, S. Gupta and T. Singh, “Assessment of Learning with Objectively Structured Practical Examination in Biochemistry”, International Journal of Applied and Basic Medical Research. vol. 5, no. 5, pp. 1-5, 2015. [8] Krishna Murthy, N., Ashakiran, S., Deena Mendez, M. K., Ganesh, G., & Nandini, T. (2011). OSPE as a Learning & Evaluation Tool for Biochemistry: First Experience. Journal of Clinical and Biomedical Science vol. 1, no. 2, pp 65-69, 2011. [9] Vishwakarma, K. Introducing Objective Structured Practical Examination as a Method of Learning and Evaluation for Undergraduate Pharmacology. Indian Journal of Pharmacology, vol 48, Issue 7, pp: 47-51, 2016. [10] M. Harden, M. Stevenson, W.W. Downie and G.M. Wilson “Assessment of Clinical Competence Using Objective Structured Examinations”, British Medical Journal, vol.1, pp. 447-51, 1975.