
¿La motivación es más importante en los deportes individuales que en deportes de equipo?
Yo entiendo que la motivación es la misma o debería ser la misma en un deporte individual que en un deporte de equipo, porque la motivación, en realidad, es individual siempre. La circunstancia que nos hace apreciarla de manera distinta es el hecho de que el día que falla la motivación en un deporte individual las cosas suelen ir mal. No hay salvación posible. Cuando formas parte de un equipo, pueden salvarte tus compañeros de manera puntual, pueden suplirte, incluso. Pero no es lo ideal. La motivación debería ser la misma siempre. Es más bien una cuestión de compromiso. Este valor me parece primordial porque es el que da más satisfacción al que lo tiene.
¿Qué considerarías que es más importante, la motivación, la superación o la adaptación? ¿Existe algún método para motivarse?
A mi entender, lo primordial siempre es la motivación. Si estás motivado tú, asumes de forma natural la superación, la capacidad de adaptación, cualquier característica que se haga necesaria en un momento determinado. La motivación alimenta las ganas de buscar soluciones, de hacer todo lo necesario para cubrir los retos. En cualquier caso, no puede ser una motivación ciega, claro está. La reflexión o el correcto análisis deben acompañarla siempre.
Para motivarse lo más sencillo es, sin duda, apasionarse por lo que uno hace. Si uno no siente pasión, es más complicado. Cuando falta pasión, de todas maneras, el sentido de la responsabilidad es una buena alternativa que nos conducirá a una buena motivación. El placer del deber cumplido y el compromiso motivan mucho. La pasión, sin embargo, tiene una fuerza superior, a mi entender.
¿En qué medida influye la competición en la vida personal de un deportista de élite como Rafa?
La competición es, evidentemente, el momento culminante de la vida profesional de Rafael. Y, evidentemente, esto tiene una influencia en su vida personal. El día que él gana un torneo importante imagino que la vida le parece un poco más bonita, y el día que sufre una derrota o que está afectado por lesiones pues está con el ánimo más decaído. Si no le afectara sería porque no le importa su trabajo y porque no siente compromiso. Otra cosa sería que sus altibajos tuvieran una influencia determinante en su vida. Creo que no es así y que siempre ha tenido muy clara la importancia de relativizar tanto cuando vienen bien dadas como cuando las cosas se tuercen. Yo creo que Rafael ha encajado siempre el tenis en su vida, y no al revés.
¿Cómo ayuda ser consciente de las limitaciones que uno mismo tiene?
Yo creo que uno ha de tener siempre claras cuáles son sus limitaciones. Viene muy bien no engañarse. Si uno tiene una buena reflexión y conoce sus limitaciones, tiene mucho más fácil reconocer lo que le hace falta para mejorar y para triunfar en la vida. Hoy en día hay una tendencia a creer que conocer las limitaciones influirá negativamente en el desarrollo personal o profesional, y yo pienso que más bien es al contrario. Lo que hay que intentar siempre es que el hecho de reconocer las propias limitaciones no suponga mermar la confianza en la capacidad de superarlas o de encontrar otra salida que nos permita sortearlas. Conocerse a uno mismo es siempre el primer paso. Si no es así, avanzar es mucho más difícil, algo que queda en manos del azar.
Cuando se habla de Federer, siempre hablamos de la elegancia y la técnica de su juego. Cuando hablamos de Rafa, hablamos de su físico y, sobre todo, de su cabeza. Técnica, físico y cabeza, ¿cuál de los tres es imprescindible?
Yo creo que técnica, físico y mente son fundamentales tanto si eres Rafael Nadal como si eres Roger Federer. Tanto el uno como el otro, como cualquier otro que tenga opciones de optar al número 1, tiene estos tres elementos bastante desarrollados. Otra cosa es que uno sea un especialista en la técnica y otro lo sea en lo mental. No hay un solo camino o una sola combinación de estos elementos como llave para destacar en el ámbito del tenis ni en cualquier otro ámbito, diría yo. Todos los que están en las posiciones más destacadas suelen ser bastante completos. Uno puede tener un 10 en técnica, un 8 en mentalidad y un 8 en físico; pero no se puede triunfar con un 10, un 4 y un 3.
De toda la carrera que han hecho juntos, ¿cuál es su mejor recuerdo? ¿Qué harías de otra manera?
Yo tengo muy buenos recuerdos de todos los años que estuve con Rafael, en los entrenamientos, en las competiciones, en la vida en el circuito y en los clubes y torneos. He tenido la suerte de estar con un jugador que ha tenido la suerte, a su vez, de que le haya ido todo muy bien. He tenido la oportunidad de vivir momentos muy especiales, en Wimbledon, Montecarlo, Roland Garros y en tantos otros torneos, pero no me lo pasé peor en todos los años en que Rafael estaba en plena formación, cuando trabajábamos a diario en nuestro pueblo con la ilusión de mejorar, intentando cumplir objetivos. Ver que él iba mejorando y aprendiendo me llenaba de satisfacción. Hemos compartido una gran pasión y mucha ilusión, y eso deja muy buenos recuerdos.
Luego, no puedo dejar de destacar los gratísimos recuerdos que tengo de tanta gente amable que he conocido en nuestra profesión. Muchos de ellos son, a día de hoy, mis amigos.
Y claro que haría cosas de manera diferente. No concibo no intentar hacer las cosas mejor, si uno tuviera la oportunidad. Si dijera lo contrario significaría que no he aprendido nada durante todo este tiempo. De manera global, yo creo que las cosas se han hecho bien, pero, como he dicho en muchas ocasiones, yo fui un entrenador bastante exigente. Si volviera a empezar intentaría serlo un poco menos. Técnicamente, insistiría seguramente en algunos aspectos con los cuáles, a pesar de que insistí mucho, no fue suficiente.
¿Volveremos a ver a alguien como Rafa?
No lo sé, pero está claro que no será fácil ver un ganador de 17 Grand Slams, aunque también es verdad que, mirado retrospectivamente, nunca imaginé que mi sobrino pudiera superar a Pete Sampras. Y eso que ilusión y confianza en él nunca me faltaron. Rafael lo ha conseguido porque es posible hacerlo, y si es posible hacerlo, otro lo podría repetir. Otra cosa sería afirmar que es fácil o probable. Creo que no lo es. Pero, bueno, lo importante siempre es intentar superarse a uno mismo, y luego uno ya verá dónde puede llegar con esta superación personal. Nunca se sabe.