
El deporte, especialmente en las últimas décadas, ha pasado de ser una práctica individual o colectiva a generar todo un tejido empresarial que factura muchos millones de euros (o dólares) al año. Así, el sector y la gestión de los negocios deportivos se ha profesionalizado y crece a un ritmo vertiginoso.
El barómetro presentado por Palco23, un diario económico sobre el negocio deporte, anunciaba en 2017 los profundos cambios que viviría el sector en España: “El negocio del deporte está pasando por una fase de fuerte profesionalización”. Del mismo modo, la Comisión Europea para el Desarrollo del Deporte publicó que “el deporte representa un sector grande y en rápido crecimiento por lo que contribuye al desarrollo de la economía y el aumento del empleo”. De hecho, según el estudio “Research and analysis in sport economics and management”, del investigador Jesús Fernández-Gavira, el deporte representa el 2% del PIB de la mayoría de los países europeos.
Así, como vemos, el mundo del deporte cada vez se parece más al de las empresas tradicionales. Susana de los Reyes, profesora de RRHH y Habilidades Directivas en el MBA Alfredo Di Stefano de la Universidad Europea, comenta cómo es habitual escuchar metáforas y terminología deportiva en el lenguaje cotidiano de las empresas, pero aclara que, “aunque son muchos los aspectos del deporte absorbidos por el mundo de las organizaciones, cada vez son más los que están siendo absorbidos por el mundo del deporte”. Por ejemplo: las estructuras organizativas, los organigramas, los estilos de gestión, los procesos y casi todo lo que afecta a las personas…
Profesionalización en la gestión deportiva
Presenciamos, por tanto, una profesionalización del sector que también está viviendo su propia evolución. Tal y como explica Pablo Burillo, director de MBA en Dirección de Entidades Deportivas en la Escuela Universitaria Real Madrid–Universidad Europea, para la revista Palco23, los profesionales del sector venían siendo deportistas profesionales que, una vez retirados, decidían seguir vinculados a la industria aportando su visión y conocimientos adquiridos. Sin embargo, “ya no solo por la experiencia se puede sostener, hoy en día, una gestión profesional, en una industria en permanente fluctuación”.
Es por ello que la formación de educación superior deportiva crece a ritmo exponencial en España. Según explica Burillo, “a las 45 facultades con el Grado de Ciencias de la Actividad y el Deporte, se le suman grados y posgrados especialistas como el Grado en Gestión Deportiva o Escuelas de Negocios con MBA y másteres en diferentes ámbitos del deporte: Derecho, Marketing, Fisioterapia, Comunicación, Entrenamiento y un largo etcétera”. Y sobre esto añade que “el éxito en los negocios, como en el deporte, dependerá de muchos factores, pero la formación es una llave que realmente abre muchas puertas”.
La mujer gana protagonismo
Otro aspecto importante a señalar, síntoma del cambio que está viviendo la industria del deporte, es que entre los estudiantes que deciden formarse en gestión de empresas deportivas cada vez se encuentran más mujeres. Según Marisa Sáenz, directora del MBA Universitario en Dirección de Entidades Deportivas Alfredo Di Stéfano de la Universidad Europea, apunta que en los últimos 10 años han pasado de contar con un 5% de alumnas a un 17% este último curso. Poco a poco, comenta, la presencia de la mujer es mayor dentro de compañías y estas solicitan, cada vez más, perfiles femeninos.
“Este momento presenta una gran oportunidad para las mujeres ya que las empresas empiezan a ver la necesidad de incorporar un punto de vista femenino en la gestión para atraer a este público a los estadios y a las actividades deportivas”, comenta la directora. Aunque este movimiento todavía está en una fase inicial tanto en el sur de Europa y como en América Latina, en Estados Unidos la mujer está mucho más integrada en el entorno deportivo.
Tal y como explica Marisa Sáenz, “las empresas americanas se han dado cuenta de que la mujer es un 50% de la población y que, además, trae consigo al resto de la familia. Si consiguen captarla a ella, el volumen potencial de negocio aumenta. Venderán más entradas, más comida, más merchandising…”. Para lograr esto es necesario, en primer lugar, adaptar los horarios de los eventos deportivos a las familias y, por último, adaptar la experiencia a este público con actividades pensadas para niños, mejorando el ambiente, etc. Con todo esto, y la visión de la mujer desde la gestión, sería posible darle un giro al modelo de negocio y, además, ampliar el público obteniendo más ingresos.
Lo que está claro es que la industria deportiva, y en esto coinciden todos los expertos, está viviendo un momento de cambios que le permitirá brillar en todo su esplendor y ganar el partido.