
Nadie duda de la importancia que tiene el deporte y la actividad física en nuestra sociedad. En el siglo XXI ha desbordado el ámbito físicodeportivo de su área de influencia y se ha convertido en una actividad social, económica, cultural y política de primera magnitud. La nuevas formas de hacer deporte y practicar actividad física, alejadas de la visión competitiva tradicional, han permitido que cada vez más personas, independientemente de su sexo, género o edad, practiquen este tipo de actividades.
Entre otros motivos, esta situación se debe a la relación existente entre actividad física y deporte y salud. Cuando se habla de los efectos saludables de la actividad física, frecuentemente se hace referencia exclusivamente a efectos físicos o fisiológicos. Sin embargo, la evidencia de que la actividad física tiene efectos psicosociales saludables está creciendo tanto en cantidad como en calidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS; 2017), la prevalencia de los trastornos mentales continúa aumentando, causando efectos considerables en la salud de las personas y graves consecuencias socioeconómicas en todos los países. La bibliografía científica ha mostrado que la actividad física podría ayudar a prevenir y gestionar problemas de salud mental. Por ejemplo, estudios como el de Rimer et al (2012) y Murri et al. (2019), han mostrado que la actividad física combinada con tratamiento farmacológico y terapia psicológica puede ser usada para abordar problemas de depresión y de ansiedad y ayudar a reducir los síntomas en un 20-30%.
La revisión de Liu-Ambrose et al. (2018) sugiere que la investigación da a la actividad física un rol importante en la protección contra el desarrollo de la demencia en personas de la tercera edad, lo cual parece crucial para una sociedad cada vez más envejecida. Además, la práctica de actividad física y deporte ha sido asociada con variables que favorecen la calidad de vida como la satisfacción, el optimismo, la autoestima y la influencia positiva a la hora de reducir el estrés (Rosenbaum et al., 2014).
Sobran razones para considerar la actividad física y el deporte no solamente como herramienta para promover la salud física, sino también la salud mental. La evidencia es tal que esperamos que la inclusión del graduado en Ciencias del Deporte y la Actividad física como sanitario en nuestros sistema de salud esté muy cercana.