
La naturaleza, como se suele decir, es fuente de vida. De la tierra crecen plantas y árboles que con sus frutos nos proveen de medicinas y alimentos. En muchos casos, todavía están por descubrirse todas las propiedades y beneficios que pueden tener sobre nuestra salud. Por eso es tan importante el estudio y la investigación constante para hallar los remedios que pone a nuestra disposición la propia naturaleza.
Es el caso del cacao y del café, dos productos que conviven con nosotros desde hace cientos de años y que pueden llegar a ser mucho más que un postre sabroso o la gasolina de todas las mañanas. De hecho, en la antigüedad, se sabe que los mayas utilizaban el cacao como medicina estomacal y, mezclado con otras plantas, para curar heridas o eliminar la tos.
Hoy en día, sin embargo, ni el café ni el cacao están tan presentes en el mundo de la medicina. Parece que toda esa sabiduría y tradición han quedado olvidadas junto con las ruinas de estas antiguas civilizaciones. Pero pronto podría ser diferente, porque la ciencia y la tecnología actuales permiten estudiar en profundidad estos productos y determinar cuáles podrían ser sus aplicaciones en este ámbito. En este sentido, dos investigadoras de la Universidad Europea están trabajando para demostrar los beneficios del cacao y del café sobre la salud. Una de ellas es Sara Martínez, del departamento de Farmacia y Biotecnología de la Facultad de Ciencias de la Salud, que ha realizado su tesis sobre el “Cacao y café, alimentos ricos en fitoquímicos con propiedades beneficiosas para la salud” y Mar Larrosa, del mismo departamento, que investiga actualmente las propiedades prebióticas del cacao.
Sara Martínez eligió ese tema para su tesis porque las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sabía, además, que el cacao y el café son dos productos consumidos por la mayoría de la población y que tienen “ingredientes bioactivos” que proporcionan una serie de beneficios para la salud. Estos ingredientes son, entre otros, los polifenoles y las metilxantinas. Los primeros tienen efectos antioxidantes, antiinflamatorios, hipolipémicos e hipotensivos y las metilxantinas contribuyen a la regulación del sistema gastrointestinal, controlan el colesterol y tienen un efecto antiobesidad e hipoglucemiante (es decir, reduce los niveles de glucosa en sangre).
Para corroborar la hipótesis planteada sobre los efectos cardiosaludables de estos productos, se llevaron a cabo diversos estudios de intervención nutricional. Un grupo de voluntarios tomó durante un período de tiempo diversos productos comercializados de cacao con diferentes cantidades de polifenoles, metilxantinas y fibra dietética y un producto soluble de café mezcla de tostado y verde con un elevado contenido polifenólico. “Con el objetivo de obtener resultados fiables y realistas, las dosis ingeridas de ambos productos fueron lo más parecidas a las dosis reales consumidas habitualmente por la población general”, explica la investigadora.
Los resultados mostraron que el café y el cacao son recomendables para la población general pero también, y en especial, para personas susceptibles de sufrir enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y diabetes de tipo 2. El cacao mejoró la salud gastrointestinal de los voluntarios gracias a su contenido en fibra dietética y contribuyó a una mejora en los niveles de HDL-colesterol (el “colesterol bueno”). Y el café, por su parte, tuvo efectos positivos sobre el peso corporal, la tensión arterial y el colesterol.
Los efectos se obtienen con el consumo regular de dosis moderadas: dos raciones diarias de producto soluble de cacao disuelto en leche y tres tazas de café al día. Lo que sí es importante es que estos alimentos estén poco procesados, ya que pueden perder sus componentes bioactivos. En productos derivados debemos buscar aquellos que tengan al menos un 70% de cacao y para el café se puede mezclar café tostado, apreciado por su aroma, con café verde, que es rico en polifenoles y otros compuestos antioxidantes.
Por otro lado, Mar Larrosa comenzó su proyecto investigación, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, en enero de 2017 tratando de encontrar en el cacao la solución a los problemas gastrointestinales que padecen los deportistas de élite. Es muy habitual que los atletas de alto rendimiento sufran problemas digestivos ya que el ejercicio de alta intensidad hace que el flujo sanguíneo se distribuya de manera diferente y se dirija, principalmente, hacia el corazón y los músculos. Esto puede provocar una reducción del flujo sanguíneo en el intestino y, por tanto, el desarrollo de diversos síntomas y molestias a veces graves.
Mar Larrosa, junto a su equipo, intentará probar la hipótesis de que el cacao puede restablecer la flora intestinal, reforzar la barrera gastrointestinal y mejorar el sistema inmune del atleta gracias a las propiedades prebióticas del cacao. Desde el comienzo de la investigación, han estado analizando diferentes tipos de cacao para encontrar el que tiene mayor cantidad de compuestos bioactivos para así llevar a cabo el estudio. El elegido ha sido, finalmente, una variedad procedente de Ecuador que, además, pertenece al comercio justo.
En la siguiente fase comenzarán a hacer pruebas en ratones y luego en humanos para así poder analizar los resultados y extraer conclusiones. A priori, con dos onzas de chocolate negro al día serían suficientes para proteger la flora intestinal de los deportistas.
Estas dos investigadoras, con sus estudios, ponen de manifiesto que las antiguas civilizaciones que comenzaron a cultivar el cacao y el café no se equivocaban. Los productos naturales que surgen de la tierra contienen múltiples propiedades, muchas todavía por descubrir, que pueden tener efectos muy positivos sobre nuestra salud y poner remedio a diferentes enfermedades. La investigación es, por tanto, primordial para sacar partido a todas estas sustancias que se encuentran en la naturaleza.