
La vida y la sociedad actuales no son las mismas que las de hace años y la universidad debe adaptarse a todos los cambios que han sobrevenido. Más cuando el ámbito laboral demanda nuevas profesiones para las que los estudiantes universitarios deben estar preparados.
La llegada en 2008 del Espacio Europeo de Educación Superior ya motivó el primer ajuste en los planes de estudios de las universidades españolas. Tratando de adaptarse a los cambios del entorno global, empezaron a incorporar nuevas disciplinas y metodologías que integraran a los estudiantes en el nuevo ámbito profesional que se abría, y que a la vez diversificaran las posibilidades de acceso a mercados laborales cada vez más competitivos, exigentes y cambiantes.
Antes, y a pesar de la llegada de la crisis económica que se inició en 2007, se hizo necesario desarrollar estudios que explicaran esa evolución global de la sociedad, donde la opinión pública se había conformado como un actor en fase de transformación y creciente influencia, con poder de decisión. Estudios que abarcaran fenómenos como el progreso y el impacto de las tecnologías y la comunicación digital, la multiplicidad de los actores sociales e internacionales y la interdependencia económica y cultural.
Desde el Área de Comunicación de la Universidad Europea se creó un grupo académico de trabajo con el objetivo de reflexionar sobre la necesidad de crear un nuevo grado universitario que recogiera un plan de estudios coherente, riguroso e innovador.
Investigaciones sectoriales como el Global Communications Report de la University of Southern California’s Center for Public Relations, en colaboración con otras instituciones académicas y profesionales como Dircom, ya apuntaban a un futuro auge en la demanda de profesionales del sector de la comunicación y las relaciones públicas. “El sector mundial de la comunicación y las relaciones públicas crecerá desde su actual valor de 14.000 millones de dólares hasta 19.300 millones de dólares durante los próximos cinco años, con un incremento de sus plantillas de alrededor del 26%”, se aseguraba en dicho informe. Estaba justificada, de esta manera, la necesidad de adecuar los planes de estudio de la Universidad Europea y la creación de un grupo académico de trabajo para ello.
Ese grupo de trabajo estaba formado por especialistas en economía, relaciones internacionales, negocio internacional, derecho internacional, comunicación corporativa y política, periodismo, comunicación digital y lenguas y comunicación intercultural. Y ellos fueron los encargados de elaborar una propuesta de formación integral en comunicación global y estratégica.
Global, porque su ámbito de estudio se proyectaría sobre el conjunto de relaciones internacionales e interculturales. El objetivo era incorporar los nuevos conocimientos que proporcionaran al estudiante habilidades comunicativas y formatos propios de la comunicación digital. Y reforzar, igualmente, los contenidos de comunicación política centrados en el estudio de las estrategias, canales, líderes y mensajes que los distintos actores internacionales utilizan para la transmisión de proyectos, ideas y acciones, así como en los efectos que tienen sobre los receptores y audiencias.
Y estratégica, porque desarrollaría de forma integrada el análisis de cómo desarrollan las empresas e instituciones actuales sus campañas de comunicación y refuerzo de imagen para posicionar sus marcas corporativas en entornos digitales y globalizados. Con ello se reforzaban igualmente los contenidos de comunicación corporativa e institucional, el aprendizaje de formatos de diseño digital y las estrategias de gestión de comunidades y redes sociales.
Porque eso es lo que tendrá que hacer un egresado del Grado en Comunicación Global y Estratégica: asumir retos comunicativos institucionales, internacionales e interculturales con profundos vínculos sociopolíticos y económicos. Retos a los que no podría enfrentarse alguien que solo domine un aspecto de la comunicación específico como el periodístico, el publicitario o el audiovisual.
La Universidad Europea asume este reto al implantar este grado en sus planes de estudios. Los estudiantes que lo realicen con éxito estarán habilitados para iniciar su trayectoria profesional en empresas nacionales o multinacionales, así como en organismos públicos, departamentos y empresas de comunicación, servicios exteriores gubernamentales y en organizaciones internacionales.
Pero también en grupos de presión orientados a la cooperación económica o intercultural, en empresas consultoras y de internacionalización de negocio, en departamentos de asuntos públicos y relaciones institucionales, en empresas turísticas, organización de eventos y gestión de estrategias de protocolo, activismo ciudadano y en empresas de servicios de traducción y mediación cultural.