
Todos hemos sido nuevos en el trabajo alguna vez (o incluso muchas veces). Esto puede deberse a muchos factores, como nuestra inquietud, un ascenso con las consiguientes nuevas funciones o por cualquier otro motivo… La vida es complicada.
Todos estos cambios suponen un gran reto en el que todo es nuevo: los compañeros, los procesos, los medios, así como las herramientas que la compañía pone a disposición de los empleados. Todas estas circunstancias requieren de paciencia, formación y motivación por parte del empleado (y de los empleadores) para que todo funcione como una máquina bien ajustada y engrasada. Además, si no se gestionan bien, pueden ocasionar un desgaste excesivo o la temida frustración, con las temidas consecuencias asociadas.
Es por ello que se hace imprescindible una correcta formación que permita al recién llegado realizar sus funciones de la mejor manera posible, de modo que el trabajo resulte satisfactorio para todas las partes. Es muy necesaria esta acogida, no solo desde el punto de vista personal o humano, sino desde el digital. Las compañías deben hacer uso de la tecnología para obtener el mejor rendimiento posible, facilitar las labores a sus empleados y, sobre todo, mejorar la vida de sus clientes ofreciéndoles un excelente servicio en que dispongan de la mejor información en todo momento. Este es todo un desafío y supone la diferencia entre ser competitivo o no serlo.
Para lograr todas estas metas, los empleados deben adquirir los conocimientos y destrezas digitales necesarios. Conocer las herramientas de la compañía, así como las políticas relacionadas con ellas (desde normativas internas hasta la legislación, como por ejemplo en materia de protección de datos). Puede ser un cambio menor para aquellos que ya conocen herramientas o tecnologías similares, pero en el caso de aquellos que se encontraban más alejados de todos estos temas, les va a suponer un cambio de paradigma: una visión diferente y, en definitiva, una nueva forma de trabajar. Es en estos casos cuando nos encontramos ante un claro ejemplo de transformación digital.
Las compañías deben proveer a sus empleados de las mejores prácticas y formación, haciendo un especial esfuerzo en aquellos nuevos empleados en los que la brecha digital sea mayor. Ejemplos de estas situaciones se encuentran en multitud de sectores, aunque con el continuo cambio y modernización de todos ellos es algo que tiende a desaparecer. Un ejemplo podría ser el sector de la abogacía, donde tradicionalmente la tecnología se ha utilizado como una herramienta de soporte quedando inexplorada en muchas áreas. Sin embargo, la situación está cambiando con las novedades tecnológicas: los contratos inteligentes, la supervisión automática de contratos mediante el uso de IA, etc. Estas y otras tecnologías son una revolución en el sector y son solo el principio; y eso requiere de un gran esfuerzo para que las compañías pongan al día a sus empleados.
Algunas empresas como la norteamericana Valve (creadores de la mítica saga de videojuegos Half-Life o la plataforma de videojuegos online Steam) lo tienen muy claro, y entre otras acciones destinadas a facilitar la vida de sus nuevos empleados, les proporcionan un valioso manual en formato libro digital con el que la inmersión y la transformación se encuentran debidamente guiadas y acompañadas. Un claro ejemplo de éxito en una compañía reconocida por su continua innovación.
Tu nuevo trabajo va a requerir que te adaptes a lo largo de un proceso de inmersión que afectará a todos los aspectos. Si lo hacen bien, es algo que no harás solo ya que deberían acompañarte y ayudarte a hacerlo. Todo ello, a su vez, en un entorno que no deja de transformarse al cambiar e incorporar más y nueva tecnología que también requerirá de nueva capacitación para sus empleados.
Bienvenido a tu nuevo trabajo. Bienvenido a la transformación digital.