
La medicina es una de las ciencias que más han evolucionado en las últimas décadas y los hospitales son su mayor exponente. Desde los antiguos asilos de enfermos hasta los recintos tan modernos con los que contamos a día de hoy en los que las nuevas tecnologías mejoran la calidad de las consultas, los diagnósticos y los tratamientos de cada paciente. Y parece que el futuro de los centros médicos es todavía más prometedor: edificios pequeños diseñados para una experiencia más cercana y amable, atención personalizada e integral con equipos de profesionales de diferentes especialidades trabajando juntos y una importante presencia de tecnologías que ayudarán a aumentar su fiabilidad y eficiencia. Incluso veremos a pacientes que no precisan acudir al hospital porque están atendidos y monitorizados en tiempo real desde su hogar.
La medicina y los hospitales evolucionarán, como han hecho hasta ahora, para poder ofrecer un mejor servicio y cumplir con las demandas y necesidades de la sociedad. En el futuro, la sanidad tendrá que hacer frente a un fuerte crecimiento de la población y a un alto porcentaje de personas mayores que viven más. Sin embargo, el principal motor de cambio serán las nuevas tecnologías que dotarán a los profesionales de herramientas para hacer mejor su trabajo y transformarán el paradigma de la medicina haciendo más hincapié en la predicción y prevención de enfermedades.
Tal y como señala Pedro Serrano, Presidente de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud (RedETS), “el desarrollo de las tecnologías sanitarias proporciona oportunidades adicionales de gran valor para que los profesionales sanitarios puedan ofrecer a los pacientes mayores cotas de efectividad y seguridad; junto a una mejora en la autonomía y calidad de vida percibida por los enfermos”.
La telemedicina o la robótica son solo algunos de los avances que se están introduciendo en los hospitales de muchos países. Sin embargo, aún nos queda mucho por ver. Borja Rodríguez, profesor adjunto en el grado de Ingeniería Biomédica de la Universidad Europea, opina que “aunque los robots sean más espectaculares a la hora de dar noticias, la mayor evolución la veremos con el incremento del uso de la inteligencia artificial”. Una aplicación de esta tecnología que ya se está introduciendo en el mercado es el páncreas artificial, un sistema de control automático que realiza las funciones de este órgano para regular los niveles de glucosa en sangre en enfermos de diabetes de tipo 1. Funciona a través de un algoritmo que libera insulina en el cuerpo cuando los niveles son bajos y se controla a través de un smartphone.
Medicina y tecnología irán de la mano
Otra de las tecnologías que impulsará un gran cambio en el sector médico y que estará a la orden del día en los hospitales del futuro es el big data. Su potencial en la medicina es amplísimo ya que permite recoger, almacenar, cribar, analizar y consultar de manera estructurada y segura un gran volumen de datos. Esto dará como resultado una atención más eficaz, personalizada, participativa, preventiva y predictiva. Los médicos podrán utilizar programas para calcular la probabilidad de aparición o progresión de una enfermedad, realizar diagnósticos tempranos, tomar decisiones basadas en datos reales… Según apunta Borja Rodríguez, “en el futuro se considerará mala práctica médica no consultar a un sistema de ayuda a la decisión antes de realizar un diagnóstico o proponer un tratamiento”.
Los biosensores wearables, dispositivos que se llevan puestos y que son capaces de mantener un control absoluto de los signos vitales, también tendrán un especial protagonismo en el futuro. Estos permitirán obtener datos y monitorizar en directo a los pacientes, tanto si están ingresados en el hospital como si se encuentran en su propia casa. Se cree, también, que serán fundamentales a la hora de detectar con antelación ciertos episodios que pueden amenazar la salud de las personas; por ejemplo, en el caso de las personas epilépticas. Conociendo los síntomas previos al ataque, los dispositivos podrán detectarlos y avisar del riesgo al paciente y a su médico especialista.
Tal y como explica el profesor en Ingeniería Biomédica, “la medicina es un área cada vez más dependiente de la tecnología, tanto para pruebas diagnósticas como para el seguimiento y monitorización del tratamiento; y evoluciona según los avances van ofreciendo nuevas soluciones. Podemos dar por hecho que la medicina que conocemos nosotros tendrá poco que ver con la medicina que conozcan nuestros nietos”.
De hecho, en algunos hospitales del mundo ya se están implementando tecnologías bastante innovadoras. En el Humber River Hospital de Toronto se utilizan robots automatizados que circulan por los pasillos para transportar suministros al personal; y en el Karolinska Solna en Estocolmo, una red de tubos neumáticos conecta todos los puntos del hospital agilizando el sistema y permitiendo que en un solo día un paciente se haga unas pruebas y obtenga su diagnóstico.
Detección temprana y prevención de enfermedades
Los avances tecnológicos serán los responsables, por tanto, de la transformación de la medicina y facilitarán la prevención y detección de enfermedades con una mayor antelación. El doctor Helios Pareja, Investigador de la Escuela de Doctorado e Investigación y profesor de la Facultad de Ciencias Biomédicas Básicas de la Universidad Europea, asegura que “el hospital del futuro hará hincapié en la prevención primaria y secundaria, eliminando factores de riesgo antes de que se produzca la enfermedad o en estadios muy tempranos de la misma, con el fin de detener su evolución y consolidación”.
Además de todas las herramientas que contribuyan a la labor de prevención, el doctor sostiene que el ejercicio físico y la nutrición serán piezas claves en este campo. “Ambas estrategias han demostrado, con suficiente evidencia científica, ser eficaces en la prevención y la terapia coadyuvante de numerosas patologías. Las enfermedades susceptibles de mejorar a través del ejercicio físico y una correcta nutrición no son solo aquellas relacionadas con el metabolismo como la diabetes, obesidad o hipertensión; sino también alteraciones cardiacas, cáncer de colon y de mama, depresión, Alzheimer, fibrosis quística y un largo etcétera”, explica. En la actualidad, según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el 73% de los españoles aumenta su riesgo de enfermar a causa del sedentarismo.
En el hospital del futuro, Margarita Pérez Ruiz, Catedrática de Fisiología del Ejercicio, cree que “la Medicina Deportiva trabajará en conjunto con el servicio de Rehabilitación participando en la recuperación de los pacientes. Y por otro lado, en los centros de fitness deberá haber profesionales formados y que apliquen la dosis correcta de ejercicio para mejorar la condición física en las diferentes enfermedades. Así, los médicos de atención primaria y los especialistas podrán derivar a los pacientes a estos centros de referencia con la seguridad de que serán tratados correctamente”. Los profesionales, por tanto, trabajarán en sincronía para que los pacientes se aprovechen de los beneficios que aporta el ejercicio sobre la salud.
La experiencia del enfermo en el hospital del futuro también será totalmente diferente ya que se ofrecerá una atención mucho más cercana, centrada en las personas y en espacios muchos más amigables. Juan José Beunza, Profesor Titular de Salud Pública y Educación Interprofesional de la Universidad Europea, explica que en los últimos años, “debido a coyunturas económicas y políticas, hemos puesto un gran énfasis en el aspecto económico de la asistencia sanitaria. Pero no podemos reducirla a eso y olvidarnos de que tratamos con pacientes. Existe una necesidad de recuperar la esencia de la asistencia sanitaria: el cuidado de personas ofrecido por personas”.
Para conseguir una humanización de los hospitales será necesario hacer un esfuerzo en la formación de los profesionales del futuro y que esta sea un factor importante y a tener en cuenta en los consejos de administración. Añade que “la calidad no se mide solo en tiempo de supervivencia, sino también en humanidad”. Su idea es que los centros médicos dejen de curar o tratar enfermedades para centrarse en cuidar de las personas.
Arquitectura, diseño y jardines verticales
Y en ese afán por convertir los hospitales en espacios más agradables y adaptados a las necesidades de la sociedad, será necesaria la presencia de perfiles como el del intérprete social que se encargará de facilitar el entendimiento entre profesionales y pacientes que provengan de otros países. “La multiculturalidad está a la orden del día y en campos como la medicina, en el que hay mucho en juego, es imprescindible contar con un apoyo lingüístico de un experto que garantice que la comunicación sea fluida, que se respeten los convencionalismos y las normas culturales y que la información sea precisa para que no haya malentendidos por ninguna de las partes”, explica la Doctora Paola Nieto, profesora de Interpretación en la Universidad Europea.
En los hospitales del futuro tampoco se podrá obviar la arquitectura y el diseño de interiores, que tendrán como objetivo producir serenidad y hacer sentir mejor a los pacientes. Esto se traduce, según el Catedrático Escuela de Arquitectura, Ingeniería y Diseño, José Luis Esteban, en edificios de menor tamaño que estarán conectados entre sí, por ejemplo, por zonas ajardinadas. En el interior la iluminación será mucho más cercana a la luz natural, el mobiliario será ergonómico y predominarán los colores que ayuden a mantener la sensación de tranquilidad.
Las claves de la arquitectura y el diseño serán, explica el catedrático: una mayor conexión con la naturaleza, una escala más humana y la explotación de energías renovables que hagan que los hospitales sean más sostenibles energéticamente. Él los define como “hospitales-jardín” y afirma que “la influencia en la evolución de los pacientes es espectacularmente positiva”. Los médicos y los profesionales sanitarios saben que el entorno afecta y condiciona de manera decisiva el estado de ánimo de los pacientes, y por consiguiente los tiempos y la calidad de la curación. Este aspecto fundamental en todos los tratamientos cobra especial relevancia en la oncología. Francisco Domouso, Director del departamento de Diseño, Arte y Contenidos Digitales; y Fabricio Santos, Director de Área de Diseño, Arte y Contenidos Digitales de la Universidad Europea estudian, precisamente, cómo adaptar los espacios de los hospitales para mejorar las estancias de los pacientes de oncología. En su caso, enfocan sus propuestas desde una óptica global que abarca desde la pequeña escala hasta la accesibilidad cognitiva.
El hospital en casa
Otros de los aspectos clave en la medicina del futuro es la hospitalización domiciliaria, que permitirá que los pacientes permanezcan en sus hogares mientras están vigilados y conectados en remoto al hospital gracias a la tecnología. Esto hará que, por ejemplo, los enfermos con dolencias crónicas vayan mucho menos a los centros médicos. Los estudios demuestran que la mayoría de las personas mayores y dependientes desean ser cuidados en su domicilio. La proximidad a su familia, mantener la relación con su entorno social, el acceso a sus pertenencias y la mayor independencia se traduce en ventajas psicológicas y emocionales que repercuten en beneficios para su salud y calidad de vida. Natividad Comes, enfermera y gerente de la empresa Masquecuidar, explica que hay “estudios que demuestran que la recuperación es más ágil y que los reingresos son menores cuando una persona se recupera en casa”.
Según comenta la experta, la atención domiciliaria representa una buena respuesta al reto del envejecimiento y al aumento de las patologías crónicas invalidantes. A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a principios del siglo XXI, justificó la asistencia domiciliaria como una necesidad frente a los cuidados a largo plazo en las molestias crónicas.
Para que el hospital en casa sea una realidad en el futuro, la innovación tecnológica jugará un papel esencial. “La telemonitorización domiciliaria o telemedicina, de la que ya hay algunas experiencias en nuestro entorno, permite realizar de forma automatizada y sistemática un seguimiento a distancia del estado clínico del paciente”, explica Natividad Comes.
En respuesta a los avances tecnológicos y a las necesidades de la población, la medicina y los hospitales vivirán una fuerte transformación en los próximos años afectando positivamente en la salud de los pacientes. Los centros médicos dejarán de ser lugares fríos e impersonales para convertirse en espacios amigables, en contacto con la naturaleza, en los que se trabaje en la prevención de enfermedades y la innovación esté a la orden del día. En definitiva, ir al médico será una experiencia mucho más agradable y gozaremos de una mejor salud gracias a la prevención y la mejora en los tratamientos. El futuro, sin duda, resulta prometedor.